La espera

Nos rondamos como espectros
que recuerdan haber sido fuego.
No hay promesa,
sólo la música lenta del deseo que no se atreve.

Tu perfume camina por la habitación
como una sombra con memoria.
Cada palabra tuya
me desviste un poco más que la anterior.

Tus ojos dicen: todavía no,
pero tu silencio dice otra cosa.
Y el tiempo, cómplice viejo,
sabe que pronto nos cansaremos de fingir pureza.

Porque hay cuerpos que se llaman
antes de conocerse.
Y el nuestro lleva siglos ensayando
el modo de encontrarse sin romperse.

Escrito por Claudio Martín en el año 2005

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